FIESTAS DE SAN FERMIN:
EL ENCIERRO DE PAMPLONA
Todos hemos sabido del encierro de Pamplona durante las fiestas de San Fermín.
Pero, ¿en qué consiste exactamente la fiesta y el encierro?
He estado allí tres veces y creo que sé lo suficiente para aclarar todo y responder a tu curiosidad.
PREMISA
El encierro es una carrera gratuita de 850 metros con 6 toros salvajes y 6 vacas al frente de la manada, que se celebra en Pamplona todos los días del 7 al 14 de julio de cada año, por las fiestas de San Fermín.
El lanzamiento del cohete marca el inicio de la carrera a las 8 de la mañana y su duración media es de entre 2 y 3 minutos.
Cuando supera los 3 minutos, suele significar que los toros no están reunidos sino que corren solos y, por tanto, el peligro aumenta exponencialmente.
Todos los mayores de 18 años pueden participar en la carrera, de forma gratuita y sin necesidad de inscribirse, con algunas normas que veremos más adelante.
HISTORIA
Nacimiento del encierro
Según fuentes históricas, en 1385, durante el reinado de Carlos II de Navarra, ya se celebraban en Pamplona las primitivas corridas de toros.
En esa época, los toros eran conducidos a pie a través de los campos hasta la ciudad y el último tramo de ese viaje se realizaba de madrugada, corriendo por las calles con los pastores.
Por tanto, debemos deducir que desde hace al menos 600 años existía en Pamplona un embrión de encierro pamplonés, creado para acompañar a los toros por las calles de la ciudad hasta la plaza.
Aquellos encierros no tenían mucho que ver con los actuales. Un caballero al galope se colocaba al frente para anunciar la llegada de los toros a los habitantes, y algunos jóvenes corrían con la manada desafiando las órdenes del consistorio, que siempre consideró el encierro como una desobediencia a la autoridad. De hecho, correr estaba oficialmente prohibido, aunque estaba permitido.
En la Edad Media las calles estaban cerradas con mantas y carros, hasta que en 1776 el ayuntamiento decidió colocar una valla de pino para evitar los frecuentes casos de corridas de toros por las calles de la ciudad.
Hasta 1843, el encierro terminaba en la Plaza del Castillo, habilitada temporalmente como plaza de toros, y hasta 1856 los toros no bajaron por la calle Estafeta.
Durante esos 13 años, el encierro tuvo cuatro recorridos diferentes, en parte debido a la construcción del ferrocarril.
Esto también permitía transportar los toros en vagones de ferrocarril, excluyendo el paso por el campo y el posterior encierro por las calles.
El apoyo popular a los encierros en Pamplona venció el deseo de las autoridades de prohibirlos definitivamente, lo que llevó al ayuntamiento en 1867 a establecer un reglamento que fijaba la hora y el itinerario, haciéndolos legales.
El último cambio importante en el recorrido del encierro tuvo lugar en 1922, cuando la inauguración de la actual Plaza de Toros obligó a los toros a girar a la izquierda al final de la calle Estafeta, en lugar de girar a la derecha como habían hecho hasta entonces.
Encierros de record
Aunque parezca extraño, ningún encierro es igual o parecido a otro, dadas las infinitas variables creadas por los toros, los corredores y el clima.
Sin embargo, ha habido algunas carreras que han resaltado.
El 8 de julio de 1939 un toro llamado “Liebrero” rompió la valla causando numerosos heridos y fue abatido por la Guardia Civil.
En 1940, un toro rompió el vallado de la zona de Telefónica y se escapó después de cornetear a un espectador.
En 1941, se aumentó la resistencia de la valla, haciéndola doble: se añadió otra valla a la primera, separada dos metros.
Los encierros del 10 de julio de 1947 y del 13 de julio de 1980 fueron los únicos en los que un mismo toro mató a dos personas.
Eran ‘Semillero’ y ‘Antioquio’.
El encierro más largo tuvo lugar en 1959 y duró aproximadamente media hora.
Un toro de la plaza no quería entrar en la cuadra, hasta que un pequeño pastor alemán lo consiguió y fue vitoreado por todo el público.
El 12 de julio de 1988 un toro corrió todo el camino de Santo Domingo en reversa, hasta la puerta del establo.
El 9 de julio de 1994 se produjo el mayor número de heridos, aunque no graves: 107.
El toro más rápido de Pamplona fue ‘Huraño’, que el 11 de julio de 1997 necesitó sólo 1 minuto y 45 segundos.
En 2003 un toro corneó a un padre y a su hijo en menos de 20 metros.
RUTA
El recorrido de 850 metros del encierro de Pamplona discurre por las tortuosas calles del centro histórico de la ciudad.
La complejidad urbanística de esta zona de Pamplona, fruto de siglos de diferentes construcciones, hace que la ruta es tan variada y espectacular que parece haber sido diseñada expresamente para el encierro.
De hecho, atraviesa puertas medievales, subidas pronunciadas, dobles curvas en ángulo recto, callejones estrechos y sombríos, rápidos descensos y entra en la plaza de toros pasando por debajo de una galería.
Justo antes de comenzar el encierro, los corredores se acercan a la salida, donde hay una pequeña estatua de San Fermín, y se encomiendan a él con el canto, primero en castellano y luego en euskera:
“a San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición.
Entzun arren San Fermín, zu zaitugu patroi, zuzendu gure oinarrak, entzierru hontan otoi.
Viva San Fermín. Gora San Fermín”.
Luego, a las 8, un primer cohete da comienzo a la carrera.
Santo Domingo
Los toros salen de un recinto situado en un antiguo baluarte de las murallas (un segundo cohete señala que todos los toros están en el recorrido) y, descansados, alcanzan la mayor velocidad del recorrido en la subida de Santo Domingo: 280 metros entre paredes de piedra con un 10% de desnivel.
Plaza del Ayuntamiento – Mercaderes
El segundo sector del encierro es plano y mide 100 metros de largo por 9 metros de ancho en promedio.
La manada de toros sigue siendo muy rápida, bordeando el ayuntamiento y tomando un ligero giro a la izquierda al comienzo de la calle Mercaderes.
Estafeta
Sector complicado del encierro: 300 metros en la sombra y una ligera subida del 2%.
Hay una curva de 90º a la derecha que, debido a la fuerza centrífuga, suele hacer que los toros choquen con la valla exterior, provocando el caos y la consiguiente separación de la manada.
Aquí los corredores deben ser muy cuidadosos y evitar el lado izquierdo.
Es fácil que los toros se separen en la curva de Mercaderes y es imposible manejarlos durante toda la calle Estafeta.
Algunos toros te adelantarán y deberás moverte hacia un lado de forma limpia y sin perjudicar a los otros corredores.
Ten cuidado con los cuernos del toro que te sobrepasa y con lo que puede llegar detrás de ti.
Telefónica
El último tramo del encierro es el más luminoso y el único que es ligeramente descendente.
En los 90 metros del tramo de Telefónica, los toros están cansados y corren más despacio que al comienzo, pero a menudo están solos y cruzan una zona sin edificios, con vallas a ambos lados del recorrido.
El peligro también aumenta por la presencia de corredores inexpertos, que no siguen la aceleración de los toros.
Esto crea situaciones muy peligrosas y, de hecho, las estadísticas de accidentes son particularmente elevadas.
Callejón
Los 9 metros de anchura del inicio de la Telefónica se estrechan en forma de embudo hasta el Callejón de 3 metros que pasa por debajo de las tribunas, hasta el interior de la Plaza de Toros.
El principal peligro es la formación de un bloqueo entre las personas que intentan entrar y la mandia, que no suele tener dificultades para atropellar a todos y abrirse paso.
En caso de caída, el corredor debe escapar rodando lateralmente, evitando ser pisoteado y sobre todo no levantarse, para no ser atropellado por la multitud o corneado por los toros que corren.
Es preferible no entrar en la plaza detrás de la manada porque los toros suelen darse la vuelta y los corredores quedan atrapados entre el toro y la puerta.
Plaza de Toros
Cuando todos los animales entran en la Plaza de Toros, la puerta se cierra por seguridad y un tercer cohete avisa de que no se dejan toros en la calle.
Una vez dentro de la arena, prestando atención al cambio de textura del suelo de adoquines a la arena, es importante abrirse en abanico y refugiarse inmediatamente a la izquierda o a la derecha hacia las barreras.
Esto ayuda al toro a dirigirse directamente hacia el recinto, tal vez guiado por los dobladores, vestidos de verde y capote en mano.
La entrada del último toro en el corral, con el cuarto y último cohete, marca el final del encierro del día.
PROTAGONISTAS DEL ENCIERRO
Toros
En la época clásica, el toro siempre fue considerado un animal que encarnaba las características de los dioses: grandeza, fuerza, valor y nobleza.
El hombre, buscando ser similar, ha desafiado a los toros durante milenios.
El encierro de Pamplona es una manifestación local moderna de desafío a la muerte, representada por el toro.
Los toros salvajes viven en amplias zonas de Andalucía, Extremadura y Salamanca, pero también hay algunas manadas en las provincias de Aragón, La Rioja, Madrid y Navarra.
Cada toro requiere una hectárea y media de tierra, y cada kilo de animal adulto consume 60 kilos de hierba o 15 kilos de heno.
Los toros que corren en Pamplona pesan entre 600 y 700 kilos y son elegidos entre los mejores por su tamaño, andadura, cuernos y orgullo.
A pesar de su aspecto torpe, es un animal muy fuerte, ágil y rápido.
Corredores
En el encierro hay muchos elementos y personas que ayudan en la organización o que se ocupan de la seguridad, pero sólo hay dos protagonistas: los corredores y los toros.
Sin ellos el encierro sería imposible, sin todos los demás sería más inseguro, pero podría realizarse.
Para participar no hay que pagar ni inscribirse, sólo hay que estar en la ruta del encierro antes de las 07.30 de la mañana.
Se estima que unas 2.500 personas corren entre semana y 4.000 los fines de semana.
Sin embargo, no todos pueden considerarse corredores, ya que más de 1.000 llegan a cientos de metros de los toros, otros 500 corren cerca de la manada pero cuando los toros están a unos cinco metros se apartan a los lados y se detienen.
El resto corre en primera fila, sintiendo el aliento de los toros que vienen detrás, cambiando entre ellos en tramos de unos 40-50 metros y con carreras que no duran más de 8-12 segundos frente al hocico del toro.
El 70% de los participantes tiene entre 20 y 35 años, un 10% menos de 20 años y el 20% restante más de 35, con algunos veteranos de 50 o 60 años.
Aproximadamente el 40% son de Pamplona o Navarra, el 30% son Españoles y el resto son extranjeros.
El encierro dura aproximadamente dos minutos y medio, y nadie, incluso un auténtico deportista, puede correr los 850 metros completos junto a los toros. Esto por la confusión que generan los empujones de los corredores, los más lentos, los que hay que esquivar, las personas que se caen al suelo y que hay que saltar y, por supuesto, los animales que hay que vigilar constantemente.
Pastores
Los pastores siempre han estado presentes en los encierros porque en la Edad Media, cuando aún no había corredores, eran ellos los que conducían los animales a pie por el campo y por las calles de Pamplona.
Actualmente hay entre ocho y diez pastores en el encierro, identificables por su uniforme verde identificativo y una vara en la mano.
Cada uno de ellos tiene asignada una sección y cambian aproximadamente cada 100 metros. Su trabajo es evitar que la manada se disperse y que los toros se vuelvan.
Los pastores tienen experiencia en el manejo de animales no domesticados, pero casi ninguno trabaja en la ganadería o en la tauromaquia.
Dobladores
La figura de los dobladores surgió en los años 30 para dar mayor seguridad al final del encierro.
Actualmente hay cuatro dobladores en la Plaza de Toros de Pamplona, a menudo antiguos toreros profesionales o con gran experiencia en los encierros pamploneses.
Los dobladores son los encargados de arrastrar un paño rojo por la arena para ayudar al toro desorientado a llegar al corral, evitando poner en peligro a las numerosas personas presentes en la Plaza de Toros en los momentos finales del encierro.
Trabajadores
Aparte de los corredores y los espectadores, alrededor de 650 personas trabajan para el encierro de Pamplona, lo que demuestra la importancia de la organización.
150 policías municipales y provinciales se encargan de despejar el recorrido de personas que no son corredores pero que pueblan las calles tras la noche de fiesta, de contener a los corredores al inicio de la subida de Santo Domingo y de hacer cumplir la normativa municipal sobre los encierros.
Coordinados por SOS Navarra, 200 miembros de Cruz Roja y DYA (Asistencia Médica) se encargan de la atención médica de los heridos leves y del traslado al hospital de los más graves.
Hay 15 puestos a lo largo de la ruta y 15 ambulancias médicas.
Hay dos quirófanos preparados en la Plaza de Toros, así como en los dos hospitales públicos de Pamplona.
Los 40 carpinteros y ebanistas que montan y desmontan las vallas cada día también realizan un trabajo imprescindible.
Instalados a ambos lados de las calles y en los espacios no edificados, constan de unas 13.000 piezas entre tornillos, arandelas, cuñas y, sobre todo, 900 postes verticales y 2.700 tablas horizontales.
Están marcados con letras y números para que cada pieza se coloque año tras año en el mismo lugar.
En algunos tramos del trayecto las barreras son fijas, se instalan hacia finales de junio y permanecen hasta el último día de las fiestas de San Fermín.
En otros tramos, por donde pasan los vehículos, se montan y desmontan todos los días.
Todos los tablones horizontales y los postes verticales, que se anclan al suelo en agujeros de 40 centímetros de profundidad, están reforzados con coberturas metálicas para resistir a los posibles impactos de los toros.
Además, hay 12 puertas, también reforzadas, que se cierran al paso de la manada, para evitar que los toros vuelvan por donde han venido.
Los limpiadores de calles trabajan tanto en los 850 metros del encierro justo antes de comenzar la carrera como varias veces en toda la ciudad, dada la enorme cantidad de basura que se produce.
Por último, hay al menos 200 acreditados para prensa, radio, internet, televisión, revistas, fotógrafos, reporteros y técnicos de televisión, tanto nacionales como internacionales.
CÓMO Y DÓNDE VER EL ENCIERRO
Los encierros de Pamplona son uno de los espectáculos públicos más conocidos en todo el mundo, pero uno de los más difíciles de ver personalmente.
Esto se debe a que la carrera no tiene lugar en un recinto cerrado, sino en las calles de una ciudad caótica en fiesta.
Por lo tanto, para vivir la emoción del encierro, es necesario llegar unas horas antes y ponerse en el muro cerca de la salida Santo Domingo o detrás de las pocas vallas que bordean el camino.
Esta es la única manera de tener alguna esperanza de estar entre las aproximadamente 1.500 personas que verán los toros de cerca, aunque sea a una pequeña distancia de unos pocos metros.
No se puede estar entre las dos vallas, ya que ese es el espacio reservado para las personas que corren, el personal médico y los medios de comunicación acreditados.
Sin duda, un mirador privilegiado es un balcón: desde allí se puede ver un tramo de 100/200 metros y no hay que llegar horas antes.
El problema es que, si no se es familiar o amigos de los propietarios de las casas, sólo se puede ir al balcón pagando uno de los asientos que se rentan a un precio de 100 euros o más por persona al día.
La arena tiene una capacidad de 20.000 espectadores, pero hay que comprar el billete con antelación.
Además, no se ve el encierro, sino sólo la parte final, con los toros y los corredores entrando.
La última opción más cómoda si no quieres moverte en la fría noche pamplonesa, es ver la carrera desde la televisión o desde las pantallas gigantes instaladas en las calles, como hacen millones de españoles y espectadores internacionales en las distintas plataformas disponibles.
PAMPLONA EN LOS DÍAS DE SAN FERMÍN
Pamplona en los días de San Fermín
Antes de vivir estos días en Pamplona, se podría pensar que las fiestas de San Fermín son sólo los encierros.
Nada más erróneo.
De hecho, hemos visto que el encierro no dura ni tres minutos. Luego hay otras 23 horas y 57 minutos…
La procesión del Santo
Según la tradición, el senador romano Firmo y su familia se convirtieron al cristianismo por influencia del presbítero Honestus, que desarrolló su labor evangelizadora en la Pamplona romana del siglo III.
Su hijo Fermín fue bautizado por San Saturnino, se ordenó sacerdote en Toulouse y volvió a Pamplona como obispo.
Pasó sus últimos días en Amiens, donde convirtió a más de 3.000 personas antes de ser encarcelado y decapitado el 25 de septiembre de 303.
En 1386, el Rey Carlos II de Navarra dejó en la Iglesia de San Lorenzo una reliquia del santo recuperada en Amiens y la procesión se celebra desde entonces.
Inicialmente, era el 10 de octubre, fecha de la llegada del santo a Amiens, pero desde 1591 la fecha se traslada al 7 de julio para coincidir con las festividades religiosas en su honor que se celebran entre el día de San Pedro y el 18 de julio.
El busto que sale en procesión es una escultura de madera de finales del siglo XV, recubierta de plata en 1687, y sobre su pecho hay un relicario, también de plata.
San Fermín es el patrón de la diócesis de Pamplona y, junto con San Francisco Javier, el patrón de Navarra, así como de las cofradías de viticultores y panaderos.
El culto a San Fermín está muy arraigado entre los pamploneses y se invoca al santo durante el chupinazo, justo antes de cada encierro, varias veces durante el día y en las lamentaciones del “Pobre de mí” al final de la fiesta.
Es una tradición que se transmite de generación en generación.
La procesión de San Fermín se celebra la mañana del 7 de julio y es un acto imprescindible para muchos pamploneses, y por tanto una cita obligada también para los extranjeros que quieren conocer la fiesta en toda su solemnidad.
Tras la procesión desde la Catedral hasta la Iglesia de San Lorenzo, la imagen del santo atravesará la ciudad, envuelta en la devoción de los pamploneses y de quienes harán únicos los días siguientes: clero, mascarones, cofradías, bandas de música, danzantes y autoridades. Por supuesto, todos van vestidos con la vestimenta tradicional, siempre con camisa, pantalón o falda blancos y faja y pañuelo rojos.
Los concejales llevan sombrero de copa, guantes y una medalla con el escudo de la ciudad.
Durante la mañana se viven muchos momentos emotivos entre rezos, cantos, bailes y desfiles, acompañados por La Pamplonesa, la banda musical de la ciudad, pero también de forma espontánea.
El Desfile de Máscaras
El desfile de las 25 máscaras de Gigantes y Cabezudos, acompañado de la música de los Gaiteros, se ha convertido durante años en uno de los símbolos de las fiestas de San Fermín.
Estas figuras siempre han estado presentes en las celebraciones importantes de Pamplona desde el siglo XVI.
En 1800 se perdió esta tradición, recuperada un siglo después gracias a los seis gigantes conservados en la Catedral de Pamplona.
Las esculturas de cartón piedra que actualmente representan a los gigantes fueron creadas por Tadeo Amorena en 1860, por encargo del ayuntamiento de Pamplona.
El danzante carga sobre sus hombros la figura, que pesa unos 60 kilos y alcanza una altura de hasta 4,20 metros.
El desfile sale todas las mañanas de la estación de autobuses alrededor de las 9.30 horas, excepto el día 6 a las 16.30 horas.
El recorrido pasa por las calles del Casco Viejo, pero varía cada día.
Al frente de la procesión hay cinco Cabezudos, enormes cabezas con rostros serios que representan la autoridad.
Son conocidos como el Alcalde, el Concejal, la Abuela y una pareja de Japoneses.
Caminan con paso solemne y dan la mano a todos los niños que lo preguntan.
Las 4 parejas de Gigantes, por su parte, representan un rey y una reina de cada continente: América, África, Europa y Asia (cuando nacieron, aún no se conocía Oceanía).
Los Kilikis tienen caras gruñonas, un sombrero y un palo de plástico con el que golpean a los niños.
Se llaman Barbas, Caravinagre, Coletas, Napoleón, Patatas y Verrugas.
Los Zaldikos simulan hombres a caballo armados con sus varas que golpean a los niños que encuentran en su camino.
El 14 de julio, el último baile tiene lugar en la estación de autobuses, en un momento muy emotivo llamado la Despedida de los Gigantes.
El Toro de Fuego
A las 22.00 horas, los niños pueden participar al encierro reservado para ellos, que dura aproximadamente media hora.
Un toro de cartón y madera, cargado sobre los hombros de un joven, sale de la Plaza de Santiago con cohetes y bengalas de diferentes colores en sus cuernos y lomos, persiguiendo a los numerosos niños dispuestos a desafiarlo.
Envuelto en un espectáculo de luces y lanzando varios cohetes, recorre las calles del centro histórico hasta quedarse sin carga a mitad de la calle Estafeta.
Aquí hay un cambio con otro chico, que carga sobre sus hombros los más de 30 kilos de estructura taurina con cohetes y bengalas, y continúa la carrera hacia Telefónica.
La feria de atracciones
Es conocida como ‘Las Barracas’ y está instalada en el Parque de la Runa.
Abierta 24 horas al día, ofrece las clásicas atracciones para niños y demás: noria, casetas de tiro, autos de choque, caballitos, carruseles infantiles, etc.
Por supuesto, también hay bares, restaurantes ambulantes, bocadillos, tortillas, churrerías.
Fuegos artificiales
Todas las noches, a las 23.00 horas y durante una media hora, las mejores empresas pirotécnicas de Europa ofrecen una espectacular exhibición de fuegos artificiales desde los fosos de las murallas de la Ciudadela, compitiendo en un concurso internacional.
El mejor lugar para verlo es el parque cercano a la estación de autobuses que rodea la zona de la Vuelta del Castillo, pero también se puede ver desde diferentes puntos de la ciudad, como las calles que rodean la Avenida del Esercito, la Plaza de los Fueros, el Paseo de Sarasate y la Plaza de la Paz.
Música
El periódico ‘El Eco de Navarra’ sugirió que una banda musical recorriera las calles de la ciudad una hora antes del encierro para despertar a todos, y el ayuntamiento aceptó la idea.
Al amanecer del 7 de julio de 1876, la banda de la Casa de la Misericordia desfiló haciendo las primeras dianas sanfermineras.
Desde entonces, las calles de la ciudad han sido animadas por varias bandas y la fiesta de San Fermín sería impensable sin la música que la anima.
En cada momento de las fiestas, la música invade las calles de la ciudad, convirtiéndose ella misma en una atracción.
El programa oficial contiene una interminable oferta de conciertos y fiestas para todos los estilos, en las diferentes zonas de la ciudad.
Las canciones tradicionales vascas se mezclan con las baladas internacionales, la música clásica, los ritmos comprimidos de las bandas de música, la música disco de los locales, los gaiteros, los conciertos al aire libre de grupos de pop, jazz y rock, las danzas tradicionales intercaladas con la salsa o el merengue, la modernidad y el folclore, la seriedad y la locura desenfrenada.
Imprescindible es la música de las distintas peñas, que recorren las calles del Casco Viejo con tambores, trompetas, trombones, silbatos, bombos, platillos, saxofones, cantando canciones alegres y pegadizas que rápidamente se hacen populares entre todos los presentes.
Alternando su paso por las calles de la ciudad, crean un interminable jolgorio.
Sin embargo, dentro de la arena, cada uno juega por su cuenta, por lo que el resultado es confuso y disperso.
El Pobre de mí: el fin de la fiesta
El 14 de julio, donde todo comenzó el 6 de julio, la gente se reúne frente al Palacio del Ayuntamiento y, a medianoche, el alcalde anuncia el fin de la fiesta, citando para el año siguiente.
Un mar de velas encendidas y pañuelicos rojos se mueven melancólicamente mientras cantan la canción que da nombre a este último acto: ‘Pobre de mí, pobre de mi, que se han acabado las fiestas de San Fermín’.
El ”Pobre de mí” es la contracara del Chupinazo: la oscuridad después de la luz, la tristeza después de la alegría, pero también el cansancio acumulado después de días de loca fiesta.
A partir de ahora, se vuelve a la vida cotidiana. A partir de ahora, se vuelve a la vida cotidiana. Muchos continuarán unas horas más en la fiesta antes de quitar el pañuelico rojo.
ORIGEN DEL VESTIMIENTO
Se suele decir que el vestido no hace al hombre, pero a veces la fiesta hace al vestimiento.
Tradicionalmente, en las fiestas de Pamplona se viste de blanco (camisa, pantalón o falda), con la faja roja en la cintura y un pañuelito rojo al cuello.
Está claro que no es una obligación y que cada uno se viste como quiere, pero vestirse de forma diferente le dejaría a uno como un pez fuera del agua, ya que casi todas las personas llevan este “uniforme”.
El consejo es por tanto vestirse así y sumergirse totalmente en la tradición (por supuesto, muchas tiendas venden el uniforme a buen precios).
No se sabe exactamente por qué o quién adoptó este vestuario, pero ahora es un símbolo integral de la fiesta. Todos lo llevan, creando mareas humanas rojiblancas.
Sin embargo, hay varias teorías sobre esta popular usanza.
Algunos apuntan a los miembros de la Peña La Veleta como los inventores.
Fundada en 1931 por personas de origen humilde y obrero, buscaban un uniforme que les identificara y les distinguiera de otras asociaciones.
Una vestimenta blanca era fácil de conseguir, barata y, combinada con el rojo, muy vistosa.
En cualquier caso, se convirtió en un vestuario común entre los participantes en las fiestas a partir de 1960.
Además del vestido blanco, hay otros dos accesorios de igual importancia:
El pañuelo rojo se anuda al cuello al Chupinazo y se retira después el ‘Pobre de mí’.
No existe tampoco una versión unívoca sobre su significado: puede ser por la sangre del martirizado San Fermín, o por la bandera de Navarra.
Muchos pañuelos llevan bordada la figura de San Fermín, otros el escudo del grupo al que pertenecen o las banderas de Navarra, Pamplona o el País Vasco.
La faja que envuelve la cintura también es roja. Suele terminar con flecos a los lados y, a veces, con bordados como el pañuelo.
Para completar el uniforme oficial, la tradición apunta a una alpargata blanca de esparto con cintas rojas, pero la comodidad ha dejado paso a las zapatillas de deporte. Sigue siendo necesario llevar calzado cerrado y resistente, tanto para evitar resbalones como porque se pueden encontrar cristales rotos (y algo más) en las calles.
Por último, cuando el aire se vuelva más fresco, ponte una chaqueta o prenda roja.
INFORMACIÓN ÚTIL
Normativa
En días de fiesta, Pamplona tiene fama de ser una ciudad sin ley, pero no es verdad.
Desde la llegada a la ciudad, los controles, incluidos los perros buscadores de drogas, son muy estrictos y no se tolera que se sobrepase el límite.
Las intervenciones son rápidas como un rayo, de repente.
Pero esto permite que todos, desde los niños pequeños hasta los ancianos, puedan desplazarse sin problemas, a cualquier hora del día o de la noche.
El encierro mismo también está regulado por una serie de normas y prácticas impuestas por una tradición centenaria. Además, existe un bando municipal del Ayuntamiento de Pamplona y una ley navarra sobre las corridas de toros que, si se infringe, conlleva fuertes multas.
Entre otras cosas, está prohibido:
– participar en la carrera a los menores de 18 años,
– dejar abiertas las puertas de las casas y los locales comerciales,
– correr bajo la influencia del alcohol o las drogas,
– el uso de cámaras y similares, calzado o ropa inapropiados para la carrera, objetos voluminosos que restrinjan el movimiento u obstruyan a otros participantes,
– agarrar, golpear, incitar a los toros o atraer su atención.
Hay que ayudar a que la manada corra en la dirección correcta del encierro y que éste dure lo menos posible.
Consejos
Para participar en el encierro con cierta “garantía” de éxito, es necesario seguir una serie de recomendaciones dictadas por la experiencia de los corredores más veteranos, aquellos que han corrido decenas de encierros:
– dormir antes de la carrera, aunque sea unas horas, y nunca correr como conclusión de una noche de juerga,
– no use mocasines, sandalias, zapatos de tacón alto o zapatillas,
– tenga aún más precaución en carreteras mojadas: los toros resbalan, pero usted hará lo mismo,
– no corras sin mirar detrás: en el encierro el riesgo está detrás, no delante.
– no sobrestimes tu forma física: los toros corren más rápido que tú, contrólalos o te atropellarán,
– tenga cuidado al salir de la carretera: la mayoría de los cuernos golpean a las personas que están paradas o se han caído,
– en momentos de dificultad no intentes trepar por la valla, sino que túmbate en el suelo y gira hacia los lados,
– sólo entre en el circuito si está seguro de participar y de correr realmente: si te quedas parado en un lado, corres el riesgo de que los toros, los corredores, te lesionen gravemente o de crear peligro para todos,
– recuerda que puedes morir: el riesgo es muy bajo, pero ten en cuenta que participando en el encierro puedes morir o resultar gravemente herido.
Peligros
El encierro de Pamplona es conocido en todo el mundo y hay dos tipos de personas que lo hacen: los que llegan preparados para lo que van a hacer y los que deciden hacerlo en el último momento.
El objetivo es empezar a correr lentamente y luego a toda velocidad antes de la llegada de los toros, mantenerse más o menos delante de ellos según el riesgo que se quiera correr, y alejarse bruscamente de su trayectoria, intentando sobre todo no cruzarse ni poner en peligro a los otros corredores.
Uno de los principales aspectos del encierro de Pamplona es su peligro implícito: correr con los toros implica un enorme riesgo potencial.
Han muerto 14 chicos, doce por golpes de cuernos y los demás por golpes o aplastamientos.
Once de ellos sufrieron heridas mortales al quedarse parados o al caer.
Las muertes se han registrado en todos los tramos de la carrera: 2 en Santo Domingo, 2 en la Plaza del Ayuntamiento, 1 en la Plaza de Mercaderes, 1 en la Estafeta, 4 en la zona de Telefónica y otras 4 en la Plaza de Toros.
Pero además de los muertos, hay que tener en cuenta el elevado número de heridos.
Se calcula que 1 de cada 70 participantes termina la carrera con heridas leves como contusiones, erosiones, esguinces, etc.; 1 de cada 800 es trasladado al hospital por heridas graves, 1 de cada 2.500 es corneado y 1 de cada 100.000 muere.
Cómo llegar
El aeropuerto de Pamplona tiene conexiones regulares con Madrid y Barcelona.
Otros aeropuertos cercanos son los de Bilbao, San Sebastián, Zaragoza y Biarritz.
La estación de tren está bastante cerca del centro y tiene líneas regulares a las principales ciudades.
La estación de autobuses se encuentra en el Parque de la Ciudadela y también aquí las conexiones son numerosas y frecuentes.
Los que decidan utilizar el coche deben tener en cuenta especialmente el coste del aparcamiento. Es necesario pagar por adelantado, de lo contrario te multarán y la policía se llevará el coche.
Dónde dormir
Pamplona multiplica sus habitantes durante estos días de julio y los alojamientos se llenan rápidamente.
Además de la fecha de reserva, los costes de los hoteles y b&b durante las fiestas alcanzan cifras muy elevadas: será difícil gastar menos de 200,00 euros por noche y persona.
Una cama en un dormitorio compartido en un hostal cuesta algo menos de la mitad.
En las ciudades situadas a unos 30 kilómetros de distancia se pueden encontrar cifras similares, a las que hay que añadir el coste del transporte.
Sin embargo, si quieres ahorrar dinero, puedes dormir prácticamente en cualquier lugar.
No está prohibido dormir en la calle o en los jardines, pero no se puede acampar. Pero hay que ir equipado para la noche, ya que las temperaturas pueden alcanzar los 15°, una diferencia de temperatura considerable, y puede llover.
Depósito de equipaje
Si no dispone de alojamiento, es aconsejable, por seguridad y comodidad, dejar el equipaje.
Hay dos lugares públicos para dejar el equipaje (en 2022 sólo uno):
– Escuela Municipale San Francisco (cerrada en 2022): abierta las 24 horas del día del 4 al 16 de julio, está situada en el centro de la ciudad y, además de depósito de equipajes, es un centro de información turística multilingüe y dispone de vestuarios.
El coste es de 4,50 euros por 24 horas, te pedirán una copia del DNI y te dejarán un billete para recoger tu equipaje.
– Estación de autobuses: en el nivel inferior, en la zona de salida de los autobuses, hay una sala de equipajes con servicios y algunas taquillas.
El coste es siempre de 4,50 euros, pero de 06.00 a 22.00.
A otras horas, la estación de autobuses está cerrada y es inaccesible.
Qué comer
Pasar el tiempo bebiendo y comiendo platos tradicionales vascos o diferentes tipos de pintxos, compartiendo mesa con desconocidos, es una parte sustancial de la fiesta.
En Navarra, cualquier evento social incluye un momento gastronómico como parte indispensable de la celebración.
Tienes infinidad de lugares para comer, diviértete probando cosas diferentes.
Objetos perdidos
La oficina de objetos perdidos está dentro de la estación de policía municipal.
Si encuentras algo, puedes llevarlo allí o entregarlo a los numerosos agentes o empleados de protección civil que siempre están en la zona.
Duchas
La organización de las fiestas de San Fermín no podía olvidar las duchas.
Además de los sanitarios públicos, también hay un lugar para lavarse: la Casa de Baños y Lavandería Pública, en la calle Hilarión Eslava 9.
Por 4 euros (en 2022, los precios pueden cambiar cada año) tienes un vestuario individual con ducha, toalla, champú y gel de ducha.
También es habitual ir a las Piscinas de Aranzadi, la piscina pública situada cerca del Casco Viejo.